Bajo la denominación Azuda 40, se agruparon ocho artistas nacidos en los años cuarenta, que con planteamientos plásticos y estéticos diversos, tenían en común la coincidencia generacional, su origen aragonés, y semejantes planteamientos ante la problemática del arte del momento. Azuda 40 estaba formado por los pintores Natalio Bayo (1945), Pascual Blanco (1943-2013), José Ignacio Baqué (1941–2017), José Luis Cano (1948), Vicente Dolader (1943), Antonio Fortún (1945-1999), Pedro Giralt (1943) y José Luis Lasala (1945). El grupo contaba como impulsor y mentor con el profesor Federico Torralba. En el origen de Azuda 40 estaba la reflexión sobre la necesidad de interrelacionar todas las disciplinas artísticas territoriales con intención de concienciar a la población de la identidad cultural; realizar numerosas actividades con el fin de estimular en el público su interés por el arte y dar a conocer el arte aragonés fuera de la región. Vigente entre 1972 y 1975, fue una experiencia breve en el tiempo, que desapareció en la medida que bajó la fuerza del empuje colectivo. Pero estuvo ahí, proclamando un nuevo tiempo, pregonando las virtudes del arte moderno, sacando a la luz el arte innovador de jóvenes artistas que, con el andar de los años, cruzaron sus caminos o caminaron en paralelo.