La muestra centra su mirada en la producción última del pintor zaragozano y reúne más de 80 obras de diferentes contrastes.
La narrativa de Larroy se desliza por apabullantes planos de color recortados y sugerentes títulos que aportan no una explicación, sino una dimensión más. La geometría y los contrastes provocan cierta desestabilidad pictórica, de la que emerge un orden propio.
El artista concibe el montaje de las salas Goya y Saura como una composición plástica en sí misma. Y divide el espacio a través varias series de obras, algunas de las cuales se muestran a continuación.