En la segunda mitad del siglo XIX, sus últimos años y los primeros años del XX España negra se hizo presente en las principales ciudades del país. Su origen se encontraba en la industrialización, la emigración, el trabajo precario e infantil, los bajos salarios, la desigualdad social, etc. Barcelona y Madrid son las principales manifestaciones de otra España negra, diferentes pero afines. La emigración tiene en Galicia su expresión más concreta. Este proceso vuelve a repetirse entre los años cuarenta y sesenta del siglo XX, ahora con referencias políticas muy concretas, y configura el marco que proporciona sentido a la literatura y al arte de aquellos años. Baroja, Azorín, D’Ors, el joven Picasso, Nonell, Mir, Casas, Zuloaga, Solana, Castelao protagonizan el primer período. Delibes, Cela, Ferres, Laforet, Martín Santos, Goytisolo, Marsé, entre otros, forman parte del segundo, tanto o más dramático que aquel.